La historia tiene lugar en una prestigiosa clínica psiquiátrica en la que, curiosamente, los médicos están incluso más locos que los propios pacientes. Un día, la directora del centro, Stewart Mclver, considera que sería una gran idea como terapia para los enfermos diseñar unas nuevas cortinas para decorar la biblioteca que allí tienen. Quiere dejar su huella en la clínica por lo que, inmediatamente, da las órdenes de que se comience con dicha actividad, lo que será el detonante de un gran conflicto entre el personal, pues todos quieren decidir qué tipos de cortinas poner.