"Regreso al futuro" Cuenta con uno de los guiones mas ingeniosos, divertidos y efectivos que se han visto nunca en este género. Personalmente, creo que la gran baza y fortaleza de este film es la idea que nos propone, porque, ¿qué pasaría si tuviésemos realmente la posibilidad de volver al pasado y conocer a nuestros padres cuando ni siquiera eran nuestros padres? ¿Y si por el azar, nuestra madre se enamora de nosotros? ¿Que significaría toda esa paradoja temporal? Pues que sencillamente nosotros no existiriamos, pues habríamos roto los acontecimientos que propiciaron nuestro nacimiento y por ende nuestro futuro.
La idea es genial. No se trata de ciudades apocalípticas, ni invasiones alienígenas, ni nada de por el estilo. Se trata de un argumento cargado de sencillez, sensibilidad, humor y cierta nostalgia. La recreación de los años 50 es bastante buena, y seguramente trajo muchos recuerdos a los que vivieron esa década. La dirección de Robert Zemeckis es soberbia, imprimiendo al film un pulso y un ritmo narrativo brutal. No se trata de un ensayo metafísico, ni un experimento, ni tan siquiera una argumentación del tema dicho, como bien se podría pensar, sino de una fantástica literal y metafóricamente diversión, idónea para cualquier espectador y con un argumento sutil, fino, elegante, bien trabajado, divertido y sobre todo, muy imaginativo. El hecho de proponer un cruce de distintas generaciones en la historia facilita el desarrollo de la misma y da pie a distintos momentos de humor, francamente encomiables y memorables, con grandes gags y divertidas situaciones.
La cinta aúna lo mejorcito del cine familiar de los ochenta, con el cine fantástico y la comedia, acompañado de un guion excelente, unas escenas memorables y unos personajes inolvidables en una premisa tan sencilla como difícil de plasmar de forma tan genial: un alocado científico, “Doc” Brown crea una máquina del tiempo con un DeLorean con la que poder viajar al pasado y al futuro, pero cuando hace las primeras pruebas con su amigo Marty McFly éste se encuentra viajando por error al pasado, concretamente a 1955, año en el que sus padres todavía no se conocían. Y aquí Zemeckis aprovecha todo el juego que pueden dar las paradojas temporales y lo exprime al máximo en una deliciosa y entretenidísima comedia, en donde Marty debe hacer que sus padres se junten para no hacer peligrar su existencia.
Las actuaciones son inmejorables, Michael J.Fox logró e hizo el papel de su vida como el inolvidable Marty McFly, papel que lo catapultó a la fama mundial. Su labor como Marty es sumamente importante dentro de una película en la que manda la historia, pero los personajes son tremendamente importantes. Christopher Lloyd magnífico en su interpretación de "Doc" Brown, construye un personaje muy acorde a su modo de trabajar, un papel de esos que parecen hechos a medida para el actor. Lea Thompson dota a su personaje de una gran sensualidad. Está soberbia, en su doble personaje, creciéndose mucho cuando se ve a su versión joven. Lo mismo podría decirse de Crispin Glover como el padre, que para mí, es tan importante como los dos protagonistas y, además, acaba siendo el personaje más divertido. Thomas F. Wilson es el más flojo del reparto, caricaturizando en exceso a su personaje.
En definitiva, una cinta que siempre perdurará en la historia del cine. Apoyada en un magnífico guión, y en unos diálogos realmente ingeniosos. Con una banda sonora para la memoria por parte del grandioso Alan Silvestri, el cual se marca un tema principal para la historia. Unos efectos visuales y ambientación asombrosos y ante todo una historia trepidante y novedosa. Los tiempos están perfectamente marcados para que toda la historia no decaiga ni un sólo momento. Los personajes están definidos sin ambigüedades. El padre perdedor, el científico excéntrico, el malo malísimo. Es como el cine de antaño, el de buenos y malos, que desgraciadamente se está perdiendo en la actualidad.