Juego de niños
por Nestor HidalgoEl injustamente olvidado realizador francés Régis Wargnier utilizó la novela 'Soy el rey del castillo' de la británica Susan Hill como base para su segundo largometraje, una historia empapada de atmósfera opresiva y relaciones perversas entre los personajes. Todo empieza cuando el millonario Monsieur Bréaud (Jean Rochefort) contrata a una ama de llaves (Dominique Blanc) con un hijo para que se ocupe de la mansión en la que vive él solo con su hijo, después de que la madre muriera. Desde el mismo momento de la llegada de los nuevos inquilinos, los dos niños pequeños se declararán una enemistad enfermiza. Una guerra cuyas batallas determinarán quién es el auténtico dueño de la casa en la que están obligados a convivir.
Wargnier traslada con eficacia la descripción de una dinastía británica decadente de la novela de Hill al noroeste francés, esforzándose por reforzar la sensación de aislamiento de los dos niños, que tienen un escaso y viciado contacto con sus padres o cualquier otro adulto, quedando libres para sus propias conspiraciones. Es ahí en los momentos en los que la película decide alejarse del original literario donde el relato parece perderse y dispersarse de manera contraproducente para el desarrollo dramático. Las relaciones de todos los personajes entre sí están vistas desde una óptica deformante, pero la más interesante, la de ambos niños, no ocupa un lugar preferente en el avance de la narración pese a ser la más interesante y sugerente.
A favor: La fotografía húmeda y vaporosa de François Catonné; la música de Prokofiev.
En contra: Que no apueste más por la sutilidad.