Esta fue la primera película americana que ofreció imágenes de los campos de concentración nazis después de la Segunda Guerra Mundial.
Orson Welles ha manifestado que esta película es la "menos favorita" de todas en las que ha participado.
Se rodó una larga escena en la que Meinike trata de encontrar Kindler, pero el estudio la suprimió. Además, se cree que el material de archivo (de unos 20 o 30 minutos) se perdió, ya que incluso los negativos originales han desaparecido.