Conspiraciones cómicas
por Rodolfo SánchezTras llamar la atención con Metropolitan, Whit Stilman parecía llamado a convertirse en un nuevo referente de la comedia norteamericana mediante un humor refinado basado en los diálogos y en una cierta atención a una clase social decadente –la misma a la que parece pertenecer Stilman- y que hacía evocar cierta tradición de la comedia de su país –Woody Allen en determinada forma aunque salvando mucho las distancias entre ambos cineastas-.
Su siguiente obra, Barcelona continuaba la senda abierta por su ópera prima aunque se desplazaba a la ciudad condal para, en esta ocasión, crear una suerte de comedia conspiratoria con la España de los ochenta de trasfondo –rechazo a la OTAN de por medio- que pretende ser, y lo consigue parcialmente, una representación de dicha época, eso sí, vista desde un norteamericano que, aunque residente durante unos años en España, no dejar ser en cierto modo arbitraria en muchos aspectos. Pero como comedia Barcelona funciona medianamente bien, con momentos entretenidos y divertidos, sobre todo gracias a los diálogos, pero plana en cuestiones visuales, algo siempre presente en el cine de Stilman excepto en su última. Pero resulta curiosa y agradable de ver.
A favor: Los diálogos.
En contra: Su falta e imaginación visual.