Baño de ambigüedad
por Diana AlbizuMisteriosa e hipnótica, 'Swimming Pool' se beneficia del agudo talento visual del francés François Ozon (sobradamente demostrado durante su carrera como cortometrajista y en sus anteriores y diversos largometrajes: 'Amantes criminales', 'Gotas de agua sobre piedras calientes', 'Bajo la arena' y '8 mujeres') para construir un thriller femenino de concomitancias depalmianas valiéndose de la sugestión de los movimientos de cámara y las elipsis bien dosificadas como principales recursos. La tensión (y lo que no es tensión) sexual resulta tan palpable a través de las sudorosas imágenes de Ozon como las gotas de agua sobre la piel de Ludivine Sagnier tumbada al sol, mientras que el hecho de incorporar a Charlotte Rampling a la nómina de quienes alguna vez han interpretado a un escritor o artista con bloqueo creativo, todo bien aderezado con dosis de voyeurismo, triángulos sexuales, rivalidad, celos y explosión catártica de violencia vincula a 'Swimming Pool' con una tradición cinematográfica y narrativa siempre satisfactoria.
A favor: Las chispas físicas y metafísicas saltan entre Ludivine Sagnier y Charlotte Rampling.
En contra: La arbitrariedad del giro de guión final no puede pasarse por alto.