Crítica de SensaCine.com para Mamá, hay un hombre blanco en tu cama: Romualdo y Julieta

Coline Serreau se hizo un hueco en el cine francés de finales del siglo pasado a base de comedias que subvertían los roles de género, raza y clase social establecidos. Su película más famosa fue 'Tres hombres y un biberón', donde tres solteros se veían obligados a asumir el papel de padres.

 En 'Mamá, hay un hombre blanco en tu cama' (traducción nada sutil del original 'Romuald et Juliette')  plantea un desafío todavía mayor: la relación entre un yuppie blanco y la mujer de la limpieza antillana que trabaja en su oficina. De esta manera, Serreau dinamita unas cuantas barreras (raciales, sociales, sexuales…) a la vez a base de humor costumbrista y tierno. Aunque también está en la voluntad de la cineasta ofrecer un retrato de unas formas de vida en la banlieue poco vistas en el cine francés de esa época, por el argumento la película se acerca más al cuento de hadas que al realismo social.

A favor: el personaje de Juliette, que tiene poco de Cenicienta.

En contra: la historia de amor no hay manera de tragársela.