El superhéroe introspectivo
por Bibi RamosOcurre en la vida de casi todo superhéroe –resultando un elemento bastante posmoderno, esa activación de un clic autoconsciente– que llega un día en el que se le plantea una compleja disyuntiva: ¿seguir ejerciendo sus superpoderes asumiendo un rol responsable como servidor de la humanidad (manteniendo, por tanto, el camuflaje de su identidad real) o, por el contrario, darse a la vida retirada como cualquier hijo de vecino que repentinamente se topó con el amor? Ahí es donde dejábamos al hombre araña que se enfundaba Tobey Maguire, apostando por mantener su "traje especial" lejos del armario y de Kirsten Dunst tras la primera entrega de Sam Raimi. En realidad, y si no hubiese sido esa su elección, seguramente no habría habido esta segunda, ni una tercera parte.
Pero los sentimientos por la chica siguen presentes, el superhéroe sigue habiéndose de confrontar con sus "debilidades" y en escena irrumpe un nuevo, y más difícil todavía, adversario, un tipo con unos cuantos tentáculos, el Dr. Otto Octavius. Lejos del estilo propio que lo encumbró en el cine de género de los ochenta, Raimi firma con corrección y logrando vehicular otro buen producto de entretenimiento conesta segunda traslación de las aventuras y desventuras que Stan Lee y Steve Ditko idearon para un humano llamado Peter Parker.
A favor: Mantiene el nivel de la primera parte.
En contra: Que uno desconecte en las secuencias de acción más recargadas de efectos en posproducción.