Crítica de SensaCine.com para Una novia sin igual: Pánico al compromiso

La primera película protagonizada por Mike Myers después del éxito obtenido por 'Wayne's World: ¡Qué desparrame!' (Penelope Spheeris, 1992) no tuvo tanta aceptación entre el público, que saldó con un gran fracaso el intento del cómico canadiense por separarse de su personaje creado en el 'Saturday Night Live'. Sin embargo, esta comedia romántica negra escrita por Robbie Fox y dirigida por Thomas Schlamme bien podría ser considerada una de las películas más divertidas de los 90, con ciertos elementos que anticiparían en más de un lustro algunas de las futuras características representativas de la Nueva Comedia Americana.

Con la aversión del protagonista Charlie (Myers) al compromiso, lo que le lleva incluso a pensar que la mujer de sus sueños (Nancy Travid) es una psicópata asesina en serie, se introduce la inmadurez crónica que será el gran tema de la posterior edad de oro de la comedia estadounidense. Su integración en lo que, además, es una apuesta directa y atrevida por el canon narrativo de la comedia romántica tradicional lleva a pensar en las películas que hará Nicholas Stoller, cameos de humoristas icónicos del momento incluidos (Phil Hartman, Charles Grodin, Mike Hagerty, Michael Richards).

A favor: La química genuina que se forma entre Myers y Nancy Travis.

En contra: La manía del cómico por la transformación, los acentos grotescos y la multiplicidad le llevan a interpretar también al padre escocés del protagonista.