Crítica de SensaCine.com para Escuela de pringaos: Evaluación continua

Tomando como base la película británica 'School for Scoundrels' (Robert Hamer, 1960), Todd Phillips y su co-guionista Scot Armstrong hicieron su propia versión del relato de un inútil y pusilánime social que entra en contacto con un grupo de terapia diseñado para convertir a los alumnos en triunfadores. Jon Heder, que venía de su momento de mayor fama gracias a 'Napoleon Dynamite' (Jared Hess, 2004), hace un gran trabajo como el protagonista Roger, un guarda de tráfico incapaz de declarar su amor a su vecina. Sin embargo, la elección de Billy Bob Thornton para interpretar el papel del carismático y caradura profesor del curso no resulta muy afortunada y todas las intervenciones del actor se notan forzadas, a medio camino entre el humor y la seriedad.

Lo mismo ocurre con ciertos tramos del film. Las películas de Todd Phillips suelen tener valles de reposo entre las distintas explosiones de humor descarriado, pero en 'Escuela de pringaos' la hilaridad de la propuesta se agota a los 40 minutos de metraje para después mutar de comedia de la humillación y sátira de los cursos de autoayuda a un simulacro de comedia romántica más convencional que se atasca en sus propios preceptos. La presencia de humoristas de primera fila como David Cross o Sarah Silverman sólo en papeles testimoniales y con poca chispa tampoco ayuda.

A favor: La intervención de Ben Stiller y el partido de tenis.

En contra: Puede que sea la película más irregular de Todd Phillips.