Profanación, bendita profanación
por Nestor HidalgoGestado en el mundo del cómic y refrendado, de refilón, en 'Depredador 2', el crossover entre los Aliens y los Depredadores era una de las confluencias de sagas y mitologías más deseada por los fans de la ciencia-ficción. Era complicado que el resultado final estuviera a la altura de las expectativas, sobre todo si tenemos en cuenta lo muchísimo que ha cambiado (y se ha pervertido en diversos modos) durante estos años la naturaleza del alien originalmente creado por H. R. Giger. En definitiva, la elección de un artesano de la serie B con pedigrí como Paul W. S. Anderson es de lo más acertada para una empresa de estas características, y el resultado va acorde, por mucho que enervara en su día a crítica y público. Cierto que los protagonistas humanos son lo más hueco del mundo (reconozco una fascinación inusitada por esa forma del Anderson guionista de pretender dar profundidad a sus etéreos personajes: aquí, haciendo que uno de ellos diga frases en italiano), las patadas a la antropología (e incluso al sentido común: ese calendario decimal que se rige por un sistema sexagesimal) desmesuradas e incluso el primer acelerón narrativo cae a veces en punto muerto... pero la elaboración de un pastiche desvergonzado, con su pizca de profanación (¡ese plano final!) y directo como un facehugger está superada de forma notable.
A favor: La narración con espíritu serie B, la idea general de la pirámide.
En contra: Que tengan que salir personajes humanos, con lo difíciles que son de escribir.