El general Sternwood, un viejo y rico americano que vive en Inglaterra, contrata a Philip Marlowe porque una de sus dos hijas es víctima de un chantaje. Pero Marlowe descubre que el chantaje, en realidad, está relacionado con la desaparición del marido de la otra hija de Sternwood. La indiferencia de ésta ante la noticia, complica el caso. Sólo Sternwood parece preocupado por las peligrosas relaciones de sus hijas con mafiosos y asesinos a sueldo.
El popular detective Philip Marlowe volvía a la gran pantalla en esta entrega con el único atractivo de ver a James Stewart y a Robert Mitchum en lo que es una cinta desalmada, insulsa y con un ritmo soporífero.
No tiene fuerza alguna, es todo muy tibio, y las escenas están muy mal concatenadas, no tienen alternancia alguna.
Es una adaptación de una novela, 'The Big Sleep', y los diálogos deberían ser el punto fuerte, pero los personajes están fatal trazados, no tienen sentimiento ni profundidad, y entre ellos no hay nada de química. Y en sí la historia ya es lo suficientemente liosa como para que encima se plantee tan mal.
Trata de ser liberal con el tema pornográfico al mostrar desnudos, o al insinuar la homosexualidad, pero se queda en un intento de destacar a través de imágenes explícitas en lo que es una obra muy olvidable.