Crítica de SensaCine.com para Cocktail: American Dream

Aunque la carrera de Roger Donaldson está llena de películas de calidad ínfima (y otras interesantes) el caso de 'Cocktail' es quizá único dentro de su filmografía porque es posiblemente la más conocida de las que ha dirigido, aunque es de suponer que nadie sabe quien se encuentra tras la cámara. Dicho reconocimiento se debe, como resulta quizá evidente, a la presencia de un joven Tom Cruise frente a la pantalla en su momento de eclosión (no como actor, eso vendría después, sino como sex symbol). 'Cocktail' está concebida para la exhibición de Cruise, aunque su interpretación francamente deje mucho que desear. Tampoco se le exige más. Se ajusta bien al papel de un joven que aspira a llegar lejos en la vida, básicamente a triunfar, primero como barman y, después, como empresario.

Aunque quizá sea ir demasiado lejos con una película que no se propone nada, podría decirse que el personaje de Brian (Cruise) se alza como una suerte de representación (involuntaria, es de suponer) del joven norteamericano (de parte de ellos) de los ochenta, hijos de la ideología neocon y aspirantes a formar parte de una nueva cúpula del capitalismo bajo el anhelo del antiguo sueño americano. Atendiendo a este elemento, 'Cocktail' resulta, al menos, un posible curioso documento.

A favor: Que puede verse como un documento sobre ciertos aspectos sociales de la Norteamérica de los ochenta.

En contra: Que es imposible de verla sin sonrojarse.