La película puso en peligro al elenco de la película al ser considerada por el gobierno estadounidense como propaganda comunista. De hecho su guionista, el conocido Dalton Trumbo, y su director, Edward Dmytryk ,eran conocidos por sus ideas de izquierdas, por lo que estaban en las listas negras del servicio de inteligencia americano. Asimismo, su protagonista Ginger Rogers fue juzgada por sus diálogos supuestamente ‘anti-estadounidenses’.