Medidas extremas
por Covadonga G. LaheraEl realizador norteamericano James Cox trasladó a la gran pantalla el confuso y no totalmente esclarecido cuádruple asesinato en el que se vio involucrado John Holmes, la célebre estrella del porno cuya vida, parcialmente, ya había convertido en imágenes Paul Thomas Anderson seis años antes. En la gran Boogie Nights, Holmes ya había sido estupendamente interpretado por Mark Walhberg, años después de su trayectoria como cantante de rap y modelo de Calvin Klein.
Sin ser un mal filme, Wonderland (Sueños rotos) no soporta la comparación con el largo de Anderson; ni Val Kilmer, pese a estar bastante correcto, con Walhberg. El filme de Cox se centra en la etapa posterior a su exitosa carrera como actor porno de Holmes, cuyos aproximadamente 25 cm. –no se llegó a saber la medida exacta de su pene– le habían dado la fama. Cox retrata el período en que la "porn star" comienza a meterse en temerarios trapicheos con drogas y su adicción a la cocaína empieza a írsele de las manos. El homicidio múltiple en el que se vio involucrado en casa del conocido empresario Eddie Nash es el hecho en torno al que se construye el filme. Actúa como punto de partida para ir alternando los testimonios de cuatro implicados, al estilo Rashomon. Seguiremos la investigación policial que trata de reconstruir los hechos y repartir responsabilidades. No obstante, esas idas y venidas entre el presente y el tiempo pasado, entre las declaraciones individuales ilustradas junto a voces en off, fragmentos de telediario y flashbacks "subjetivos" no logran engancharnos a la trama, ni construir personajes con gancho que realmente nos interesen.
A favor: Su intento por integrar imágenes procedentes de material de archivo. La interpretación de Lisa Kudrow como ex de Holmes.
En contra: La estructura narrativa no juega a su favor. Sus idas y venidas no logran una fluidez espontánea, sino un avance torpe, a trompicones.