"Testigo de cargo" es un film que es mejor verlo sin haber leído nada sobre ella, sean spoilers o no. Así que recomiendo que si alguien no ha visto esta maravilla, que no lea absolutamente nada antes. Sin duda, uno de los mejores dramas judiciales que he visto nunca. Billy Wilder tenía una habilidad superlativa para estructurar guiones y aquí estamos ante una de las grandes películas, no ya de su época, sino de toda la historia del cine.
Es una cinta que maneja el misterio y el suspense de una manera soberbia, y consigue meternos dentro de la historia desde el minuto uno. Además, en muchas ocasiones nos hace creer que es predecible, para luego darnos un desenlace sorprendente, inteligente, maravilloso y completamente inesperado. Un final que da un giro completo a la película y que nos deja estupefactos. Y, por si fuera poco, ese tramo final también hace de hilo que une todos los cabos sueltos o que no convencían del film, cosa que da como resultado un guión impecable, lleno de diálogos inteligentes, una trama lograda y un desarrollo de diez. Técnicamente es más de lo mismo. Una dirección excelente por parte de un Billy Wilder fascinante, una fotografía magnífica, y una banda sonora propicia.
Las actuaciones son sublimes, Charles Laughton, pocas veces se puede ver a un actor, encarnando un personaje como este, con ese carisma, fuerza, personalidad y a la vez gracioso, cínico y corrosivo, con un personaje reuniendo todos estos calificativos, unidos a una profesionalidad sin tacha. Un abogado que vive para su profesión, a pesar de dejarse la salud en los grandes casos. Hasta la enfermera agobiante del principio, se convierte en su aliada, y le da igual si en el termo pone brandy o whisky, el caso es ganar el caso con maestría y aplomo. Esto es cine con mayúsculas. Luego tenemos a Marlene, Se te ponen los pelos de punta cuando al final aparece en la sala del juicio, casi linchada por la multitud de mujeres espectadoras, y entrando con esa elegancia, colocándose bien el cabello y el vestido de Edith Head, con ese porte, y esa manera de dirigirse al abogado. No existen actrices así ahora, ni existirán jamás.
En definitiva, la considero una obra imprescindible e imperecedera, excelente y portentosa en todos los sentidos entre los que destacan las actuaciones, la dirección, la trama, y por supuesto un final impoluto de los que hacen historia. Magistral y cautivadora para todos los públicos. Su cometido lo realiza de manera sobresaliente y cumple su propósito increíblemente bien. Además de hacer que toda la trama tenga sentido y tenga coherencia. Estamos ante una obra maestra por la que no pasa el tiempo, sino que conserva esa frescura y enganche. Es una película de una fluidez narrativa tan conseguida que el espectador entra y se siente participe de ella.