La realidad según Kaurismäki
por Rodolfo SánchezVarios años le costó al cineasta finlandés Aki Kaurismäki el ser considerado como uno de los directores europeos más interesantes.
Desde sus inicios a comienzos de los ochenta fue trazando un personal recorrido por la realidad de su país creando un cine social alejado de los modos más tópicos del mismo para, a través de su personal mirada, transmitida en su puesta en escena y de su sensibilidad a la hora de retratar el mundo que le rodea, entregar unas obras diferentes, profundas, casi siempre llenas de humor, aunque soterrado, que sirven tanto de denuncia como de deleite estético. Ariel es una de sus obras más aplaudidas y quizá la que sirvió para que su cine fuera más atendido. Una narración que, en apenas setenta y cinco minutos, radiografía la cara oculta de Finlandia, abordando todo tipo de temas desde el desempleo a la corrupción, pero siempre desde la perspectiva de un cineasta que considera que la realidad, por fea que sea, debe ser mostrada de una manera artística sin con ello transformarla o manipularla, atendiendo a los problemas sociales pero también a la capacidad del arte de darles una forma perfecta como vehículo de denuncia.
A favor: El trabajo visual de Kaurismäki.
En contra: Que la mirada del cineasta pueda confundir al espectador.