"Batman Begins" es un fantástico thriller de súperheroes, que da inicio a la trilogía de “El Caballero Oscuro", dirigida por Christopher Nolan. El director apostaría por explorar los orígenes del personaje, así como sus motivaciones personales para convertirse en el Hombre Murciélago, de forma tal de despertar el interés del espectador tanto en Bruce Wayne como en Batman y, al mismo tiempo, construir la trama desde un punto de vista más humano y realista, porque para Nolan el mundo de Batman es el de la realidad fundamentada, reconocible y contemporánea, de la cual puede perfectamente surgir una figura heroica, sin necesidad de tener que estar viviendo una fantasía narrativa. Inspirándose, entonces, en el desarrollo narrativo en donde la historia narra como nace y se desarrolla la figura del súper héroe. La infancia de Bruce Wayne: la caída al agujero de la Mansión Wayne, o el asesinato de sus padres, para profundizar en el viaje y formación de Wayne en un monasterio coreano, en donde terminará por adquirir sus habilidades en artes marciales y ciencias forenses. Es preciso señalar que el principal tema de la película es, el miedo. Ciertamente, el factor que desencadena el nacimiento de Batman será la confrontación de Bruce Wayne de todos sus miedos, el miedo a la oscuridad y a los murciélagos, a la incertidumbre del futuro y la soledad.
Por otra parte, la búsqueda de la figura paterna de Bruce Wayne, después de la muerte de su padre y la aceptación del padrinaje de Ra’s, y la figura de Albert, son parte de esa búsqueda por superar la incertidumbre emocional de saber que la soledad es parte de nuestras vidas en algún momento, aunque no la busquemos. Sin embargo, el miedo también es tratado por Nolan como un recurso utilizado por el crimen organizado para controlar todas las esferas sociales y apoderarse de la ciudad, siendo en ello la droga creada por el Dr. Crane "El Espantapájaro" una metáfora de ese poder en las manos equivocadas. Entonces, el guionista construiría una historia realista, perfectamente posible en nuestros tiempos en cuanto a la factibilidad técnica de un héroe anónimo y la incidencia casi omnipresente de la corrupción y el crimen organizado, contexto que no cuesta encontrar en nuestros días. El protagonismo del terrorismo y una guerra que la policía parece ir perdiendo día a día ante el crimen organizado, en consecuencia, no es una falacia ni mucho menos una distopia, aunque la aparición de un enmascarado justiciero para combatir esta realidad parezca demasiado fantasiosa. No obstante, la clave estará en la construcción no sólo de Batman, sino también los personajes antagonistas, con los cuales Bruce Wayne tendrá constantes conflictos personales y justicieros.
Así, el guión nos lleva a los orígenes de Batman, cuando Bruce Wayne viaja, por decisión propia al mismísimo infierno en la tierra (la cárcel en Asia), para intentar encontrar el origen de sus peores miedos, enfrentarlos y destruirlos. Entrenado por un enigmático líder de Liga de las Sombras, dónde decidirá romper con lo que su maestro tiene destinado para él, la destrucción brutal de la corrupción, sin justicia de por medio, para regresar a Gotham, tomar su lugar en los negocios de su padre y tratar de recomenzar su vida. En su búsqueda por cerrar las heridas del pasado y vencer sus miedos internos, creará su alter ego, a partir de un símbolo al que temía, pero ya no, y que todos temerán: el murciélago. Bruce Wayne es un hombre vulnerable, atormentado por el pasado, víctima del destino, contrariado por su sed de venganza y su afán de lograr justicia: características que denotan un personaje estructuralmente profundo, lo que lo convierte en un ser humano, al fin de cuentas. Los miedos y la búsqueda por un equilibrio mental parecen perderse en una confusa, indefensa y contradictoria Gotham.
Las actuaciones son inmejorables, Christian Bale está impecable como Batman, encarnando un personaje convincente que, en gran medida, resulta más creíble y lleno de matices. Liam Neeson es Henri Ducard "Ra’s al Ghul", el líder de la Liga de las Sombras, que podríamos llamar extremista ideológico, cuya peculiar forma de ver la limpieza del crimen es bastante draconiana. Para él, la purificación con fuego y destrucción constituye un atisbo de cordura en un mundo decadente y ciego. Cillian Murphy es el Dr. Crane "El Espantapájaros", un psicofarmacólogo que oficia de jefe administrativo del Psiquiátrico de Arkham, y creador de una toxina inductora del miedo, cuya base química es una flor que crece en el santuario de Ra’s. Tom Wilkinson como Carmine Falcone, el jefe de la mafia de Ciudad Gótica, un tipo de lo más clásico en el hampa: asesino, contrabandista, extorsionador... Refleja el abandono de justicia y la impunidad del crimen en Gotham. Secundarios de lujo como Michael Caine, en el rol de Alfred Pennyworth, el mayordomo que cría a Wayne y su pilar emocional. Morgan Freeman como Lucius Fox, el talentoso ingeniero mecánico, creador de las maravillas técnicas que Batman presumirá ante los villanos. Gary Oldman, encarna al honesto jefe de policía Sgto. Gordon, acaso el único que de verdad quiere acabar con el crimen. Y Katie Holmes como Rachel Dawes, la amiga de la infancia de Bruce y su interés amoroso.
En definitiva, vestido como si fuera un superhéroe, Christopher Nolan recupera la magia de uno de los más grandes héroes de todos los tiempos, con una visión realista, melancólica y fresca al mismo tiempo del Hombre Murciélago. Se convirtió en un sólido éxito de crítica y taquilla, siendo galardonada con tres Premios Saturn a la mejor película de fantasía, mejor guión y mejor actor (Bale). Además, fue nominada a la mejor fotografía en los Oscars y a tres BAFTA, al mejor diseño de producción, mejor sonido y mejores efectos visuales. Es, sin duda, una de las mejores películas de superhéroe de la historia cinematográfica. Interesante, absorbente, atractiva visualmente y provista de una banda sonora cautivadora.