¡Vivir!
por Xavi Sánchez PonsAntes de convertirse en un director del montón, Wayne Wang demostró su valía como cineasta con una serie de películas que reflejaban el choque de culturas entre occidente y oriente, sin caer en lugares comunes, alternando costumbrismo con profundidad dramática. Cineasta americano de origen hongkonés, Wang brilló cuando apostó por historias que conocía de primera mano.
Una de sus películas más celebradas fue El club de la buena estrella, adaptación cinematográfica de la conocida novela de Amy Tan, un melodrama que gira a entorno a cuatro mujeres chinas ya ancianas que han acabado viviendo en los Estados Unidos tras una vida llena de lágrimas. El filme utiliza los flashbacks para contar el pasado de las cuatro mujeres, a la vez que las contrapone con el presente de sus hijas, todas criadas en suelo americano. Esta gran epopeya sobre emigrantes chinos en tierras americanas se sustenta gracias a la habilidad que tiene Wang para no caer en lo lacrimógeno, siendo respetuoso siempre con la novela de Tan, que también firma el guión.
A favor: todo el reparto, excelso
En contra: sus ciento treinta y nueve minutos de duración se acaban haciendo algo pesados