Amor y tenis
por Virginia MontesRichard Loncraine, director de Wimbledon. El amor está en juego, comenzó su carrera a comienzos de los ochenta en la televisión para dirigir después algunas películas sin demasiada, o ninguna, trascendencia, como El misionero o Ricardo III que le confinaron nuevamente en el mundo de la televisión para reaparecer en 2004 en Wimbledon. El amor está en juego, comedia interpretada por Paul Bettany y Kristen Dunst, él en el papel de un tenista a quien tras muchos años en la sombra se le presenta una nueva oportunidad, ella como una joven tenista norteamericana que acude al famoso torneo londinense. Allí se conocen y gracias a ello, él comienza a ganar partido tras partido. Así, Wimbledon. El amor está en juego desarrolla una historia romántica con un mensaje de superación personal que se agota francamente pronto, como la propia historia de amor. Loncraine se conforma con una dirección muy plana en la que los actores, lo mejor la propuesta, sacan hacia delante esforzándose más que el director y el guionista, quienes se han contentado con empaquetar una película amable y tan fácil de ver como de olvidar.
A favor: Los actores.
En contra: La previsibilidad de todo.