Durante el rodaje en San Diego de la película, la mujer del actor Robert Stack tuvo a su primer niño. Mientras se producía en el set de rodaje una tensa escena donde Stack hacía una proposición a su mujer, interpretada por Dorothy Malone, de repente un avión comercial pasó con la frase: ES UNA NIÑA. El actor había contratado un piloto para que le avisara de esta forma cuando el parto tuviera lugar y de esta forma se reflejara en plano.
William Faulkner creía que esta película era la mejor adaptación de todos sus trabajos. De hecho, el director Douglas Sirk en una entrevista declaró que era la mejor película que había dirigido.