Crítica de SensaCine.com para La memoria de los muertos: El montador como Dios

‘La memoria de los muertos' tiene una de las premisas más interesantes del cine fantástico reciente. El implante Zoe, es un chip que se instala en el cerebro de las personas y graba todas sus vidas. Cuando estas mueren, un montador toma estas imágenes y las edita hasta convertirlas en un vídeo convencional. Para hacerlo se entrevista con los familiares de las personas y su trabajo se basa en lo que estos quieren recordar de la persona muerta. En ´La memoria de los muertos´ lo que verdaderamente manda es la memoria de los vivos. El filme presenta un mundo donde ya no importa cómo fueron las personas muertas sino lo que los vivos quieren recordar de ellas. Un mundo en el montador es el verdadero artífice y productor de la película ya que de él depende el resultado final del filme.

Omar Naïm escribe y dirige esta cinta de forma sobria y convincente, pese a algunas escenas desafortunadas. El guion da suficientes giros y el tema es lo bastante interasnte como para mantener al espectador enganchado hasta el final. También hay cosas que no funcionan (la relación amorosa con el personaje interpretado por Mira Sorvino) y el filme deriva hacia una perspectiva ética que es desarrollada de forma demasiado inocente, dejando en el camino otras posibilidades que hubieran dado más juego. Pero está lleno de detalles interesantes, muy bien construido narrativamente y Robin Williams está mucho más soportable que en otros de sus trabajos recientes.

A favor: La experiencia del protagonista como montador y su obsesión con una imagen de la infancia hacen que un simple gesto le baste para reconocer a una persona a la que no ve desde niño.

En contra: La escena amorosa entre Williams y Sorvino es risible.