Sophia Loren tuvo un problema importante con Samuel Bronston durante la promoción de la película, lo suficientemente importante como para demandarle por incumplimiento de contrato en el Tribunal Supremo de Nueva York.
Charlton Heston fue la primera y única opción de los productores.
El papel de Ben Yussuf se le ofreció en un principio a Orson Wells.
La película es una de las favoritas de Martin Scorsese y la califica como “una de las mejores películas épicas que jamás se han hecho”. Scorsese fue una de las principales fuerzas detrás de la restauración de 1993 y el relanzamiento.