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    Hacia el Sur
    Críticas
    2,5
    Regular
    Hacia el Sur

    Amor colonial

    por Diana Albizu

    Después de dos películas con un fuerte enraizamiento en el mundo del terror cotidiano asociado al mundo laboral (las excelentes 'Recursos humanos' y 'El empleo del tiempo'), el francés Laurent Cantet cambió de registro y de género en sus protagonistas (siempre individuos muy focalizados y en relación violenta con el mundo) para abandonar a los varones y tomar a Charlotte Rampling como foco de atención principal de su cámara. Otro cambio, quizás más importante, es que Cantet abandona la contemporaneidad y se traslada al inicio de la década de los 80 para contar una historia de turismo sexual en Haití. El argumento recuerda a la 'Paradise: Love' (2012) de Ulrich Seidl en Kenia, pero echando la vista atrás, en un gesto que más que de denuncia del pasado y el terrible gobierno haitiano de Jean-Claude Duvalier parece de indiferencia hacia el presente.

    Se le nota más arrojo cuando estructura la película a través de cuatro monólogos pronunciados mirando a cámara, entre los que destaca la confesión de Rampling como la profesora de literatura francesa cincuentona convencida del pago por sexo, o cuando llega el turno de Lys Ambroise, que interpreta al jefe de los camareros haitianos en el hotel donde se aloja la protagonista, y expone la situación de la población local (de hecho, es la única voz haitiana que tiene ese espacio en el film, siendo las otras dos también turistas sexuales). Es en esos (descompensados) momentos donde se percibe más el proyecto de Cantet, pero no prende lo suficiente como para no afirmar que 'Hacia el sur' es el trabajo más flojo de su prometedora filmografía.

    A favor: Puede tener cierto efecto revulsivo en según qué público.

    En contra: Es una propuesta demasiado simplista para lo que ha demostrado que es capaz de hacer el autor.

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