Navidades de acción infumable
por Rodolfo SánchezRené Manzor comenzó su carrera a mediados de los ochenta acercándose ya al género del terror con la mediocre y absurda Trayecto mortal a la que siguió Game Over: Se acabó el juego, todavía más mediocre y absurda pero que sorprendentemente, o no tanto, tuvo bastante éxito en Francia.
El planteamiento es sencillo: un abuelo y su nieto en casa en Navidad esperando a Papa Noel y lo que aparece es un psicópata con ganas de arruinarles la fiesta. Por supuesto, lo que no sabe que no será tan sencillo. Manzor organiza una suerte de slasher referencial sin gracia, pirotécnico y exagerado que, en 1989, todavía bebe de la estética más fea de los ochenta, haciendo que hoy en día el producto sea aún más indigesto. Fea y aburrida, Game Over: Se acabó el juego puede que hiciera gracia en su momento a algunos espectadores. Y puede que siga haciéndolo. Pero es incomprensible. La película es infumable desde cualquier tipo de perspectiva que se adopte.
A favor: Que no llega a hora y media, aunque se hacen eternas.
En contra: Que es una absoluta tontería.