En la Libira del Imperio Romano, un esclavo llamado Espartaco (Kirk Douglas, Cautivos del mal) conoce a Léntulo Batiato (Peter Ustinov, Quo Vadis?), un rico mercader de esclavos poseedor de una escuela de gladiadores en Capua. Después de ver el talento del esclavo decide comprarlo para sumarlo a su lista de gladiadores. Tras ser adiestrado como tal, por el severo "doctore" Marcelo, y enamorado de otra esclava llamada Varinia (Jean Simmons, Hamlet), a la que mandan a Roma, lidera una revuelta que une a todos los esclavos de Batiato, los cuales destruyen la escuela hasta las cenizas.
La revuelta ha llegado a oídos del Senado de Roma, quien no piensa tolerar tal afrenta de los esclavos. Mientras en la capital se decide qué hacer, Espartaco va ganando afines a su lucha, ganando las batallas contra las tropas romanas. En uno de esos descansos, consigue encontrar a Varinia, cuyos destinos se vieron separados al marchar ella a Roma. El Senado da la orden a Glabro de atacar a los esclavos, pero descuida las defensas de su propio campamento, y en un contraataque es vencido y humillado.
Roma empieza a ver que la revuelta que lidera Espartaco es algo a tener en cuenta, y que han de pararla cuanto antes para evitar que cunda el ejemplo en el resto del Imperio. Al final es el general Marco Licinio Craso (Laurence Olivier, Los niños del Brasil) el encargado de hacer frente a las tropas esclavas en la batalla del Río Silario, donde finaliza la revuelta. Espartaco consigue sobrevivir, pero es crucificado junto al resto de esclavos en las afueras de Roma.