En la boca del miedo
por Virginia MontesEl francés Christophe Gans se puso al frente de la adaptación del mítico videojuego Silent Hill y ofreció una de las más hermosas muestras de la capacidad que puede tener el cine a la hora de fagocitar otros discursos y otros formatos para ofrecer un espectáculo inédito y totalmente híbrido entre dos disciplinas diferentes. Y es que se tiene verdaderamente la sensación de penetrar en el universo oscuro del propio videojuego, que poco a poco va atrapándote con sus tentáculos y va sumergiéndote cada vez en un nivel más y más profundo. De la razón a la locura, de la consciencia a la inconsciencia, de la extrañeza a la perplejidad. Los caminos por los que va conduciéndonos el film van haciéndose cada vez más complicados (como los distintos niveles del juego), y nos van introduciendo en territorios cada vez más terroríficos e infernales. Un horror en estado puro que se apodera de toda la pantalla, asfixiando al espectador con una fuerza inusitada. Excelentes Radha Mitchell y Laurie Holden en sus respectivos papeles.
A favor: El espectacular diseño de decorados y la dirección artística.
En contra: Que no se le llegue a considerar más solo por estar basada en un videojuego.