Un remake de calidad
por Israel ParedesNo parecía Walter Salles el cineasta apropiado para realizar 'Dark Water (La huella)', remake de la película de Hideo Nakata de 2002, en su primer incursión en el cine norteamericano. Y sin embargo, el remake de Salles no solo sabe estar a la altura del original japonés, sino que además Salles es capaz de insuflar a su versión de personalidad propia.
Salles toma como punto de partida la idea original de Nakata, su escenario y sus personajes pero alejándose en cierto modo del terror para adentrarse más en el terreno del drama familiar de Dahlia Williams (una excelente Jennifer Connelly) a través de una narración oscura, agobiante, extraña, enfermiza, acompañada por una muy buena banda sonora de Angelo Badalamenti y una magnífica fotografía de Alfonso Beato. Salles no se olvida de sus anteriores películas y lo mejor de ellas aparece en 'Dark Water (La huella)', como por ejemplo la atención a la infancia, a su desamparo y a los peligros que la asolan tanto de manera externa como interna. No es necesario comparar 'Dark Water (La huella)' con el resto de remakes americanos de obras japonesas para apreciar su calidad. Es suficiente con introducirse en la oscuridad que nos plantea Salles y salir de ella con la sensación de haber estado introducidos en un intenso viaje junto a una madre que se enfrenta al terror.
A favor: Jennifer Connelly y la puesta en escena de Salles.
En contra: Que la excelente película de Nakata puede pesar mucho durante su visionado.