Después de realizar una reseña de “Jaws”, mi segunda review trata sobre “Bram Stoker’s Dracula”. Espero sea del agrado de aquellos que la lean.
“Bram Stoker’s Dracula”, traducida literalmente como “Drácula de Bram Stoker”, es una película del año 1992 dirigida por Francis Ford Coppola y protagonizada por Gary Oldman, Winona Ryder, Keanu Reeves y Anthony Hopkins, basada en la obra literaria de Bram Stoker titulada “Dracula”. El filme combina el género de Terror con el Romance, logrando equilibrar ambos en la cinta, y evitando de esta forma que el tono se vea afectado de mala manera. Un primer elemento a destacar de esta obra cinematográfica es su estética, o sea, su apartado visual, puesto que conserva la esencia gótica de la novela en la que está basada, llevándola a la pantalla de forma brillante con escenas que recuerdan en gran medida al cine expresionista alemán de la década de 1920, lo cual podemos apreciar en el uso de las sombras que en muchas ocasiones constituye un importante factor para producir terror a lo largo de toda la película, así como las transiciones entre escenas, que son un claro homenaje al clásico del expresionismo alemán titulado “Nosferatu” (la primera adaptación de “Dracula” al cine). La arquitectura del castillo, propiedad del temible vampiro, cumple su cometido y resalta la esencia gótica de la cinta. Asimismo, en determinadas escenas las sombras vuelven a jugar un rol protagónico para producir terror en el espectador, y en ellas se pueden apreciar unos ojos (en ocasiones un rostro) que observan el entorno, que nos insinúan que Drácula está al tanto de cualquier situación, dando la sensación de que nadie está a salvo en ningún momento, pues el señor de las tinieblas está interminablemente acechando, aunque sea a muchos km de distancia. No obstante, esto último que acabamos de mencionar, si bien desde el punto de vista estético constituye un punto fuerte para la película, además de lograr con éxito su propósito de inspirar miedo, es sin lugar a dudas, desde el punto de vista del guión, una incoherencia en la trama
, puesto que podemos asumir, según la historia que se nos plantea, que Drácula posee una conexión con el personaje de Mina y por tanto puede observarla desde la distancia, sin embargo, no hay ninguna conexión, por lo menos ninguna que se nos explique en el filme, para que el conde pueda observar al personaje de Jonathan desde la lejanía
. También es importante resaltar los efectos de maquillaje usados en los vampiros que continúan reflejando que esta película está basada en una novela literaria gótica, siendo especialmente utilizados en las escenas en las que Drácula se nos presenta como un anciano. A todos estos elementos debemos añadir la música compuesta por Wojciech Kilar que ayuda a resaltar el miedo en esas poderosas secuencias visuales.
Independientemente de todo lo expresado hasta aquí, hay que decir también que en esta obra cinematográfica no todo es perfecto desde el punto de vista visual, puesto que hay algunos efectos especiales que han envejecido bastante mal y que a día de hoy se quedan muy atrás con respecto al avance tecnológico actual. Tal es el caso de secuencias específicas en las que algún personaje u objeto, caen por algún acantilado,
como bien nos muestra la escena en la que el personaje Elizabeth se suicida arrojándose al río, o la secuencia en la que Abraham van Helsing lanza las cabezas cercenadas de las vampiresas novias de Drácula al vacío.
Otro claro ejemplo de la falla de los efectos especiales es visible cuando se nos muestra ese “fuego infernal” (por decirlo de algún modo) que rodea al castillo de Drácula
y que percibimos en la escena en la que Jonathan llega a este sombrío lugar
.
La trama del filme es entretenida y no pierde el ritmo, realizando las pausas necesarias por medio de una subtrama amorosa que evita llegar a lo cursi, por lo que no afecta el tono que el director le concedió. La introducción es acertada al contarnos cómo Drácula se transformó en una criatura de la noche, con unas geniales secuencias engrandecidas por la música, no obstante, debo aclarar que la excusa para que Elizabeth,
el gran amor del conde, se suicidara; siendo este hecho la motivación para que el personaje central se transforme en vampiro;
es patética y brilla por su falta de ingenio y originalidad.
El resto de la historia se centra en Drácula intentando volver a encontrar el amor, razón por la que sale en busca de Mina; a quién podríamos calificar como la doppelganger de Elizabeth; dejando a su paso un buen número de víctimas, asesinadas de manera atroz, lo que desencadena una serie de acontecimientos que lo llevarán a una trágica muerte
en un final que, pese a sentirse un poco apresurado, pone fin a la peli con una nota alta.
En el plano de las actuaciones, Winona Ryder, interpretando a Mina, y en menor medida a Elizabeth, nos regala una buena actuación, al igual que Keanu Reeves en su interpretación de Jonathan. Ambos actores cumplen excelentemente con sus roles, haciendo al público conectar con la historia de dos personajes complejos.
La primera, Mina, una chica que resulta ser la doppelganger de Elizabeth, y está a punto de casarse pero realmente no ama ni se encuentra satisfecha con su futuro esposo, y ansía experimentar más desde el punto de vista sexual, pues obviamente se encuentra reprimida por su entorno, por lo que conocer a Drácula llena este vacío que Jonathan (su prometido) no podía llenar. El segundo, Jonathan, logra sobrevivir a las atrocidades que Drácula comete en su contra, por lo que, atemorizado, y con un trauma psicológico fuerte, causado por su estancia en el castillo, busca a toda costa vengarse del vampiro y salvar a Mina del mundo de las tinieblas.
Si bien es cierto que Winona Ryder y Keanu Reeves ofrecen buenas actuaciones, la realidad es que Gary Oldman y Anthony Hopkins llevan a cabo actuaciones casi inigualables interpretando a Drácula y a Abraham van Helsing respectivamente, robándose el show con cada aparición y creando un vínculo directo con el espectador. Gary Oldman hace una actuación extravagante y muy creíble que se combina de forma espectacular con la apariencia del actor según la secuencia, evidente en las escenas en las que se ve como un anciano, en las cuales nos muestra una actitud, y en las escenas en las que se ve rejuvenecido nos enseña otra, todas creíbles y colocando por los cielos la interpretación del actor en un papel claramente difícil de llevar a cabo. Por su parte, Anthony Hopkins nos presenta a un también muy extravagante van Helsing que claramente está un poco perturbado, que no muestra una pisca de dolor ante la muerte de los inocentes, pues es claro que no busca asesinar al vampiro por ello, sino para cumplir su “misión” de derrotar a las tinieblas. Hopkins, además de interpretar a van Helsing, también interpreta a un cura que
presencia como Drácula renuncia a Dios para convertirse en el temible vampiro, por lo que podemos asumir, teniendo en cuenta la escena en la que descubre que Drácula está detrás de los males que azotan a la ciudad, que probablemente sea el doppelganger del cura mencionado con anterioridad,
sin embargo, esto no nos dice mucho sobre van Helsing, que queda desaprovechado, en cuanto a motivaciones se refiere, con respecto al resto de personajes protagónicos.
Cabe destacar también la buena química en pantalla entre Gary Oldman y Winona Ryder, que nos ofrecen una excelente interacción entre los personajes que interpretan, engrandeciendo la subtrama del romance sin que esta quede fuera de lugar.
En resumen, la película cuenta con una estética y un apartado visual impresionantes que combinados con la música ofrecen una buena experiencia cinematográfica, no obstante, determinados efectos especiales han envejecido bastante mal. La trama, aunque es entretenida cuenta con una pequeña incongruencia, falta de originalidad en la introducción y un final que se siente un poco apresurado. Sin embargo, los personajes son profundos e interesantes, con excepción de Abraham van Helsing que si bien resulta intrigante, esto no impide que sea el personaje más flojo en cuanto a motivaciones. A su vez, son memorables las actuaciones de los protagonistas, dos de ellas muy sobresalientes, volviendo la historia bastante interesante. La puntuación es de 9.2 de 10.
Más adelante llevaré a cabo reseñas de algunas películas del cine expresionista alemán y del filme “Taxi Driver” de Martin Scorsese.