Una auténtica mierda. El director se queda con los espectadores, no sé si de manera consciente o no. Pretende ser una película espiritual con un enorme trasfondo y no deja de ser un coñazo insoportable repleto de grandilocuentes imágenes. No merece perder el tiempo viéndola. Hasta un folleto de un supermercado es, de seguro, más interesante que este bodrio.