Una obra maestra de Allen
por Rodolfo SánchezLa década de 1980 fue enormemente productiva en la carrera de Woody Allen y la cerró con una de sus obras maestras, la inolvidable Delitos y faltas. Combinando elementos del drama, la comedia y la intriga, Allen nos introduce en una historia absorbente, escrita con perfección, incisión y no poco humor negro en la que, además, el cineasta despliega –algo que no hace siempre- sus mejores armas como director armando una puesta en escena magnífica en la que cada secuencia se presenta cuida y elaborada, con alguna en particular que permanece sorprendiendo por su audacia expresiva.
Delitos y faltas es, además, un penetrante mirada hacia ciertas clases sociales, con una mirada tan trágica como crítica. Mención aparte merecen todos los actores, impecables del primero al último para aportar con su presencia lo que necesitaba Allen para esta película fuera tan redonda como es. Y luego está, ese final imposible de olvidar una vez que se ha visto la película. Magnífica.
A favor: El guion, los actores, la fotografía de Nykvist, la dirección…
En contra: Nada.