En 1965, al entrenador de un equipo femenino, Don Haskins (Josh Lucas), se le ofrece la oportunidad de entrenar al equipo universitario Texas Western Miners en El Paso. A pesar de no estar muy bien pagado y las dificultades de presupuesto del equipo, Haskins acepta porque es la única oportunidad que tiene de poder entrenar a un equipo de la NCAA, mudándose al dormitorio universitario con su mujer, Mary Haskins (Emily Deschanel) y su hijo. Para mejorar las opciones del equipo, decide renovar todo lo que puede. Lo primero que hace es meter en el equipo a siete nuevos jugadores, con mucho talento pero que son discriminados por ser negros por el resto de miembros blancos del equipo. Pero finalmente, Haskins es capaz de crear un nuevo equipo que marcó la historia del baloncesto en 1966, por ser el primer equipo en tener una alineación inicial solamente formada por jugadores afroamericanos.