Crítica de SensaCine.com para Entre el cielo y la tierra: Mamá no quiero nacer

El cine fantástico es un género que casi de forma automática se relaciona con efectos especiales o historias de ciencia ficción, cuando en realidad es una etiqueta tan amplia que acoge todo tipo de aproximaciones, hasta las de carácter más íntimo.

Entre el cielo y la tierra pertenece a ese fantastique que casi no lo parece, y a ratos está cercana en espíritu a uno de esos capítulos de The Twilight Zone que adoptan el género desde una óptica humanística y menos festiva. Desde luego se trata de una película con una premisa muy arriesgada: la de un bebé que, desde el vientre de su madre, manifiesta conciencia propia y se niega a nacer en un mundo, según él, sin esperanza. El filme de Marion Hänsel va más allá y flirtea con la conspiranoia, pues Carmen Maura, su protagonista, la madre que mantiene diálogos con su retoño aun no nacido, descubre que los partos forzados y las cesáreas aun aumentado con los años de forma exponencial. Al borde del ridículo en muchas de sus escenas, es indudable la condición única de una película fallida pero a ratos estimulante por su atrevido punto de partida.

A favor: Carmen Maura, que aguanta el tipo en una propuesta tan arriesgada

En contra: los planos de detalle del feto cuando habla con su madre