Crítica de SensaCine.com para Caos: Acción de usar y tirar

Una de policías corruptos versus policías honestos en Seattle y dos puntos de partida: en un primer momento, y fuera de plano, el tiroteo en un puente; como segundo paso, y sí en pantalla, el "supuesto" atraco a un banco. Nada nuevo bajo el sol, en cuanto a temas, y muy pocas luces, en forma. Se la ha asociado con el Plan oculto de Spike Lee, pero las comparaciones son odiosas. Caos se compone de personajes desdibujados que más que tener un desarrollo llevan simplemente una etiqueta que nos informa de su cargo y de las acciones que emprenderán y, junto a la etiqueta, otra placa: "bueno" o "malo". Por instantes el filme parece apropiarse de algunos de los peores tics del cine de Tony Scott (con unas cuantas obras de acción mucho mejor construidas e interesantes, por otra parte). Así la cámara tiembla cuando registra un rostro o inicia molestos travellings semicirculares en torno a los personajes.

El resto de bandos propios de este filme de acción van configurándose: rehenes, compañeros policías de dudosa integridad (Jason Statham), un jefe irritante, un malo con sombrero (Wesley Snipes)... Y entre tanto, Ryan Phillippe haciendo del listillo de la función, que va descubriendo pistas cuando se necesita que avance la trama, y que será capaz de sacar a colación la teoría del caos e invocar a Buda con tal de encontrar respuestas. La falta de una intriga bien construida trata de rellenarse o camuflarse alterando otros sentidos mediante el uso de efectos visuales o tonos electrónicos en la música.

A favor: Se olvida casi tan pronto como acaba.

En contra: Su tísica construcción de personajes y situaciones y el mal funcionamiento de un guión que no logra mantenernos despiertos ante una supuesta propuesta de suspense.