Vacío y muerte
por Paula Arantzazu RuizDe las tres películas que conforman la etapa más radical de Gus Van Sant, ‘Gerry' (2002), ‘Elefant' (2003) y ‘Last Days' (2005), esta última sería la más extrema de todas. En la llamada ‘trilogía de la muerte', el cineasta estadounidense proyectaba una visión de la sociedad estadounidense enferma y mortuoria, plasmada en el retrato de una serie de viñetas que seguían a jóvenes vagabundear hacia un ocaso irremediablemente violento y destructor. En este sentido, ‘Last Days', suerte de muy sui generis biopic del malogrado Kurt Cobain, resulta completamente devastadora. La cinta nos muestra a un protagonista apenas mudo, moviéndose como un fantasma por diferentes espacios, arrastrándose a lo largo de un día entero hasta que finalmente consuma su suicidio. Para dilatar y expandir esa experiencia de bordear y asumir la muerte, Van Sant hace uso de largos travellings, pocos, absurdos pero determinantes diálogos y un cripticismo que muchos han querido relacionar con el estilo cinematográfico de Béla Tarr y su célebre ‘Satantango' (1994). Sea como fuere, ‘Last Days' ofrece pocas concesiones, así pues, con el espectador para una película que condensa todos los preceptos estéticos (y éticos) del Van Sant de principios de los 2000.
A favor: Su extrema radicalidad
En contra: Que sea tan opaca para el público general.