Crítica de SensaCine.com para DOA: Dead or Alive: Heroínas vs testosterona

DOA: Day or Alive arranca como una curiosa combinación entre un filme de artes marciales que se inserta repentinamente en una convocatoria de concurso que a su vez mezcla la progresión propia del videojuego homónimo con la mecánica de un reality show a lo Gran Hermano (competitividad, expulsiones, cámaras que lo registran todo...), aunque no esté siendo televisado. Las tres protagonistas presentadas al comienzo de manera individual forman parte de los seleccionados para combatir en el Dead or Alive (DOA), supuestamente el torneo de artes marciales más importante del mundo, al final del que se sitúa una cuantiosa suma de dinero y un amo controlador, al estilo del Christof de El show de Truman, interpretado por Eric Roberts. Las tres acabarán sumando fuerzas y conformando una especie de "ángeles de Charlie" y entre combate y combate irán resolviendo sus conflictos personales.

Adaptación de la popular serie de videojuegos de lucha Dead or Alive, el guión del filme pareciera ser lo que menos preocupó a sus responsables. Su realizador Corey Yuen (Transporter), cuya carrera comenzó como doble de Bruce Lee, apuesta por las coreografías espectaculares, que acaban disolviéndose en una poco interesante sucesión de efectos y virguerías en posproducción, y entre cuerpos ligeros de ropa y músculos de gimnasio.

A favor: Que podamos resarcirnos con el videojuego.

En contra: La poca consistencia de su guión.