Amor de ultratumba
por Eulàlia IglesiasComo Pesadilla antes de Navidad, La novia cadáver recurre a la animación stop motion para dibujar dos mundos opuestos: el grisáceo y aburrido mundo de los vivos, localizado en un pueblo de la Europa victoriana, y el animado y colorido mundo de los muertos, una especie de pueblo mexicano que podría haber sido diseñado por los responsables de El gabinete del doctor Caligari.
A Burton le sienta bien este regreso a un territorio conocido y a los elementos que convirtieron el film creado por él pero dirigido por Henry Selick en un éxito: la mezcla entre melancolía y comedia, los apuntes musicales tan groovies, la muerte convertida en un imaginario desenfadado y con encanto, el cuidado por los detalles (esos personajes secundarios que tan bien le funcionan...), el choque entre dos mundos condenados a vivir separados...
Consciente de ser una variante humilde de otros éxitos más sonados del director, La novia cadáver resulta sin embargo mucho más redonda y satisfactoria que otros títulos de Burton con más pretensiones.
A favor: el pregonero chismoso, el perro muerto, las historias de reencuentro cuando los muertos regresan al mundo de los vivos.
En contra: cierta sensación de dejà vu.