Una buena apuesta de cine francés, en el cuál podemos ver con una sencillez extrema la vulnerabilidad que tiene el ser humano. Muestra muy bien la diferencia de opiniones del ser humano en general y en este caso en particular: la iglesia, sus discipulos pueden tener visiones diferentes, muestra tolerancia. Tiene un peligro: esa música tan angelical que puede hacer que des alguna cabezada pero nunca porque la película esté mal sino porque es profundamente relajante, salvo en determinados momentos que denota una tremenda tensión que invade todo el ambiente.En definitiva, una película muy interesante, que aparte de refrescar ciertas realidades ocultas y maleadas en su momento, nos trae toda una serie de contradicciones, a su vez complementarias, desde el paisaje tan pronto agreste y muy árido como con pequeños oasis, hasta la convivencia en perfecta armonía o con la violencia sin sentido.
Nos refleja el poder que tiene el miedo y la labor eclesiástica como debiera ser entendida exclusivamente, a nuestro parecer.
Y por supuesto, suscribir la extraordinaria interpretación de todos los monjes, destacando claramente al Médico, al Abad y al simpático Amedée.Película de muy bella factura, quizá excesivamente lenta en algún tramo.