Aunque mal recibida por la crítica, "Ilsa, la loba de las SS" (1975) se convirtió en una película de culto en su género. Se le reprocha, entre otras cosas, su bajo presupuesto. Pero ¿acaso necesitaba más? Películas como "Mujeres al borde de un ataque de nervios " o "El Método" son obras maestras sin moverse de una habitación y sus actores con lo puesto. La que nos ocupa necesitó armas, uniformes, barracones... y hasta un tanque.
Está protagonizada por Dyanne Thorne (1936-2020), que encarna a la implacable comandante de un campo de experimentos médicos, en donde se muestran los practicados por los médicos nazis. Otras críticas que ha recibido es su falta de rigor. En absoluto. Ilsa aplica a los internos virus o bacterias para luego probar diferentes productos. A su vez, las dosis se suministran in crescendo para observar las dosis letales. En general, quienes sobrevivían a los experimentos eran luego igualmente asesinados o sometidos a otros sin duda mortales. Vemos, por ejemplo, a una prisionera sometida a los efectos de una compresión y descompresión violenta para obtener datos técnicos para ser aplicados en los modernos aviones que se estaban diseñando.
Pero Ilsa tiene además sus propios experimentos: someter a las prisioneras a atroces torturas para demostrar que las mujeres resisten el dolor mejor que los hombres y así ponerlas en puestos de más responsabilidad. "Todos se rieron de mi, pronto les daré pruebas documentadas. No quieren creérselo. Son hombres. Para ellos es impensable que una mujer entrenada a conciencia soporte el dolor mejor que cualquier hombre".
Quizás una de las claves de su éxito es su intercambio de papeles: trabajadores forzados masculinos bajo las órdenes de mujeres tan crueles como bellas, de modo que el prisionero se siente incluso atraído por ellas, las odia y las desea a la vez. Y es que la dominación femenina es un ingrediente importante en este film, como cuando Ilsa "pasa revista" con desdén a los genitales de sus prisioneros en formación, o cuando sus dos ayudantes (que también nos las pintan muy atractivas) inmovilizan a uno de ellos semidesnudo, que poco después es castrado"¿Lo ves, hombrecito? He cumplido mi promesa, nunca más volverás a ver el campo". Una estética y una atmófera que no caería en saco roto y se difundiría años después en la cultura pop e incluso en algunos números musicales para televisión, como las sexys inquisidoras que torturaban alegremente a sus prisioneros en el "Un, Dos, Tres" (TVE), las mujeres que hacían lo propio al ritmo de "Hanky Panky" de Madonna con sus prisioneros masculinos en un ballet del programa "Maravillas Diez y Pico" (Telecinco) cantando entre otras frases "¿Quién dijo que somos el sexo débil?" y algunas más.
"Ilsa, la loba de las SS" no es una película agradable ni de fácil visión, pero tiene contra lo que podría parecer en películas de este género, una trama muy bien equilibrada, la tremenda calidad de Dyanne Thorne y una atmófera de dominación femenina que hará las delicias de los más morbosos.