El final de la saga... por fin
por Virginia MontesNinguna saga de animación ha sido tan exitosa y tan longeva en los últimos tiempos como la de Shrek. Cuando se había completado la trilogía y creíamos que ya no podía dar más de sí, regresa con una cuarta y, esta vez, última parte. Cualquier excusa hubiera sido buena para los productores para hacer volver al ogro verde más famoso, antes con ínfulas transgresoras y ahora domesticado y convertido en padre de familia. Shrek ha asumido su rol en el mundo, ha madurado y está más mayor y cansado, algo que se refleja en su última aventura cinematográfica, también ya gastada después de haber sido alargada innecesariamente durante un tiempo mayor del debido.
Ahora, con la crisis de la edad, Shrek, un poco desencantado con su presente, viaja a una realidad alternativa en la que comprueba cómo hubiera sido su vida si hubiera tomado otras decisiones. Una aventura que le hará valorar irremediablemente lo que tiene.
Shrek, felices para siempre no aporta nada nuevo a lo visto con anterioridad, y lo único que hace es constatar que el personaje más agradecido de toda la función, sigue siendo el gato con botas al que pone voz Antonio Banderas, y que después de esta entrega consiguió tener su propia película, bastante mejor, por cierto, que cualquier entrega de Shrek.
A favor: El gato con botas, esta vez en su versión obesa.
En contra: Que es una saga agotada.