Tras haber derrotado al dragón malvado, salvado a la hermosa princesa y al reino de sus padres, ¿qué más puede hacer un ogro apestoso y gruñón para conseguir una vida tranquila, alejada de la ostentación y el rígido protocolo? Domesticado, sosegado, Shrek ha perdido hasta las ganas de rugir y añora los viejos tiempos cuando sembraba el ...