Alicía en el país de lo sórdido
por Paula Arantzazu RuizTodd Solondz no hace nada de gracia, aunque sus películas sean vistas como comedias freaks sobre el hastío y la hipocresía de la sociedad contemporánea. Con ‘Palíndromos' decidió transformar el tono irónico que planeaba por ‘Bienvenida a la casa de muñecas' (1995) y ‘Happiness' (1998) en una fábula de corte infantil pero conclusiones sombrías y escaso espacio para la risita. El nombre de la protagonista es un palíndromo, Aviva, pero eso es lo único estable en ella, ya que su físico se va transformando a medida que avanza el filme gracias a dos mujeres, cuatro chicas de 13 a 14 años, un chico de 12 y una niña de 6 años que la interpretan. Los cambios físicos tiene lugar según el trance emocional por los que va pasando en la película, pero esa odisea emocional no la lleva a un sitio concreto: esta desorbitada Alicia en el país de lo sórdido jamás consigue encontrar su lugar en la sociedad. Solondz, como su protagonista Aviva, no encaja pero una también se pregunta si realmente quiere hacerlo o si debería.
A favor: La irreverencia de la película. Una sacudida a la moral.
En contra: La obsesión de Solondz por la pederastia.