"300" es un fantástico film épico de aventuras basado en la novela gráfica de Frank Miller, a cargo de Zack Snyder y protagonizado por Gerard Butler. El rey espartano Leónidas decide contrariar las predicciones del oráculo y hacer frente a la amenaza del monstruoso ejército del rey persa Jerjes, quien se dispone ahora controlar toda la Grecia. Pero antes, el vanidoso y poderoso persa deberá ponerlos a prueba en Las Termópilas. En agosto o septiembre de 480 A.C., se libró la Batalla de Las Termópilas, en donde las fuerzas de Esparta y Atenas se unieron para detener la invasión del Imperio Persa de Jerjes I, durante la II Guerra Médica (480-479 A.C.) Jerjes estaba decidido a conquistar toda la Grecia de entonces tras la derrota de su padre Darío I ante los griegos en la Batalla de Maratón (490 A.C.), reuniendo un gigantesco ejército de 250 mil hombres (más de 2 millones, según el historiador Heródoto) y una inmensa flota marítima. Fue así como el rey espartano Leónidas contuvo al ejército de Jerjes I durante tres días en el estrecho paso hacia Grecia, provocando numerosas bajas en el ejército invasor, no así en el espartano. Sin embargo, cuando los griegos fueron traicionados por Efialtes, Leónidas, despediría a la mayor parte de su ejército y aguantaría heroicamente la masacre persa con 300 de sus mejores soldados. Posteriormente, luego de que los persas llegaran y tomaran Atenas, serían derrotados decisivamente en las batallas de Salamina (480 A.C.) y Platea (479 A.C.), poniendo fin al sueño conquistador de Jerjes I sobre Grecia.
La épica de Leónidas y sus hombres sería por primera vez abordada en el cómic Mort Cinder (1962-1964) de los argentinos Héctor Oesterheld y Alberto Breccia, sin embargo, sería el legendario dibujante y guionista Frank Miller quien haría justicia gráfica y llevaría al máximo grado de idealismo el hecho histórico en su novela gráfica "300" (1998), basada en el relato del historiador griego Heródoto y la película "The 300 Spartans" (1962) de Rudolph Maté. Miller, famoso por sus enormes contribuciones estilísticas y narrativas en el mundo del cómic y autor de "The Dark Knight Returns" (1986) y "Sin City" (1991-1999), recrearía el evento historico desde el punto de vista espartano, en donde destacaría el concepto de guerra a muerte de los guerreros de Leónidas y su visión de la gloria, con un excelente trabajo a color, su potente uso de encuadres, su estilo cinemático y un formato rectangular, poco común en las publicaciones de cómic. Por su parte, luego de su correcto debut como director con "Dawn Of The Dead" (2004), Zack Snyder aceptaría la propuesta de Warner Brothers de dirigir la primera adaptación de la novela gráfica de Miller, luego que se conociese las intenciones de Michael Mann ("Manhunter", 1986), por una parte, de adaptar la novela "Gates Of Fire" (1998) de Steven Pressfield y, por otra, de Gary Nunnari de hacer lo propio con el mismo cómic de Miller, recién estrenado.
Los críticos han intentado interpretar en el guión de Zack Snyder una serie de temáticas, como el siempre presente culto al cuerpo y la exaltación a la homosexualidad, pero principalmente el mensaje militar del derecho a defensa en contra del invasor y, en concreto, la propaganda bélica contemporánea contra el propio Irán, heredero del antiguo Imperio Aqueménida o Persa (550 A.C.-330 A.C.). Respecto a los dos primeros temas, no es ninguna novedad que Hollywood pregone el mensaje del idealismo físico que viene abordando desde los 80s, al que han agregado el contexto actual de la lucha por la equidad e inclusión de género, con un personaje femenino fuerte como el de la reina espartana Gorgo y la evidente homosexualidad de varios de los soldados de Leónidas. Sin embargo, en los dos últimos temas, que son evidentemente políticos, Snyder no se separa de la contingencia política de entonces, con el recuerdo aún fresco de los atentados de septiembre de 2001 y la declaración de guerra al "terrorismo oriental" de parte del Gobierno de George W. Bush (2001-2009). No deja de ser conveniente que la trama de "300" (2006) aborde un conflicto bélico en donde dos regiones occidentales (Atenas y Esparta) resisten heroicamente mientras son violentamente asaltadas por un imperio oriental (Persia), lo que puede evidentemente reflejarse en el mapa actual, en que un país occidental como Estados Unidos, resistiendo heoricamente los embates de un conglomerado "terrorista", siempre de Medio Oriente, de países como Irán, Siria, Líbano, etc., países que aparecen en la "lista negra" del Pentágono.
De cualquier forma, Snyder se alejaría de estos análisis ideológicos, y alegaría simplemente la concreción en la pantalla grande de un soberbio cómic que trata sobre un evento épico y heroico, menos conocido que los abordados por Cecil DeMille en "The Tenth Commandments" (1956), Stanley Kubrick en "Spartacus" (1960) y Mel Gibson en "Braveheart" (1995), pero digno de ser conocido por el público en general. Como siempre sucede cuando en la gran pantalla se exalta y tergiverza a conveniencia la figura del héroe, algunos historiadores criticaron bastante al director por sus impresiciones históricas y su apego a la narrativa de Heródoto, el padre de la Historia, que como sabemos solía exagerar sus crónicas, siendo prueba de ellos las cifras estratosféricas de soldados que habrían participado en la batalla. Por lo mismo, no es raro que Heródoto insista que el ejército persa fuera de más de 2 millones de soldados y el espartano de 300, cuando los historiados parecen coincidir que en realidad eran 250 mil persas y unos 25 mil entre espartanos y atenienses, respectivamente. Asimismo, también se le criticaría el retrato excesivamente positivo de los espartanos y negativo de los persas. Algunos historiadores destacarían el hecho de que Esparta nunca fue una democracia sino una monarquía militar, y que lejos de sentir simpatía por la libertad, contaban con una casta de esclavos, los Ilotas, a quienes masacraban constantemente. Incluso, se sabe que menos del 15% de la población griega realmente participaba de las decisiones democráticas y casi un 40% de la población era esclava.
De cualquier forma, Snyder se alejaría de estos análisis ideológicos, y alegaría simplemente la concreción en la pantalla grande de un soberbio cómic que trata sobre un evento épico y heroico, menos conocido que los abordados por Cecil DeMille en "The Tenth Commandments" (1956), Stanley Kubrick en "Spartacus" (1960) y Mel Gibson en "Braveheart" (1995), pero digno de ser conocido por el público en general. Como siempre sucede cuando en la gran pantalla se exalta y tergiverza a conveniencia la figura del héroe, algunos historiadores criticaron bastante al director por sus impresiciones históricas y su apego a la narrativa de Heródoto, el padre de la Historia, que como sabemos solía exagerar sus crónicas, siendo prueba de ellos las cifras estratosféricas de soldados que habrían participado en la batalla. Por lo mismo, no es raro que Heródoto insista que el ejército persa fuera de más de 2 millones de soldados y el espartano de 300, cuando los historiados parecen coincidir que en realidad eran 250 mil persas y unos 25 mil entre espartanos y atenienses, respectivamente. Asimismo, también se le criticaría el retrato excesivamente positivo de los espartanos y negativo de los persas. Algunos historiadores destacarían el hecho de que Esparta nunca fue una democracia sino una monarquía militar, y que lejos de sentir simpatía por la libertad, contaban con una casta de esclavos, los Ilotas, a quienes masacraban constantemente. Incluso, se sabe que menos del 15% de la población griega realmente participaba de las decisiones democráticas y casi un 40% de la población era esclava.
De la misma forma, los persas no habrían demostrado mucho desprecio por el resto de las culturas, de hecho, hay constancia histórica de que contrataban y pagan los servicios de trabajadores de distintas etnias, lo que les habría ayudado a expandir los límites de su imperio durante 550 A.C. y 330 A.C. Por otro lado, La música estuvo a cargo de Tyler Bates, quien aporta con una banda sonora intensa y épica con fuerte presencia de percusiones, y que en líneas generales se asemeja bastante al trabajo de Elliot Goldenthal en "Titus" (1999) en especial en algunas piezas como "Remember Us" y "Returns A King", que son muy parecidas a "Finale" y "Victorius Titus", respectivamente. El film fue nominado a los MTV Movie Awards a la mejor película, mejor actor (Butler), mejor actriz (Headey), mejor villano (Santoro) y mejor lucha en pantalla, quedándose sólo con esta categoría. En los premios Golden Icon, ganó la categoría al mejor drama y mejor película de acción. También se quedó con el IGN Awards a la mejor adaptación de cómic. Finalmente, de las 10 nominaciones a los Premios Saturn, se quedaría con dos categorías, la de mejor director y mejor película de acción/aventuras.
Las actuaciones son correctas, conviene centrarse en los dos grandes personajes protagónicos, interpretados correctamente por Gerald Butler y Rodrigo Santoro. El verdadero rey Leónidas (540 A.C. – 480 A.C.) llegó a ser rey contra todo pronóstico, ya que tenía dos hermanos mayores que fallecieron en batalla, antes de que él se ascendiera en el trono hacia 485 A.C. o 488 A.C. Además, tenía más de 60 años cuando fue a Las Termópilas, aunque bien pudo librarse de la obligación de encabezar el ejército espartano, decidió asumir su destino y dirigir a sus hombres durante los enfrentamientos con los persas. Butler, en cualquier caso, compone una de sus mejores interpretaciones, a pesar del idealismo de su personaje, al que no deja de impregnarle un sentido temerario de la vida y de una bravura prácticamente demencial, que en la práctica es lo que los héroes requieren para volverse inmortales. En tanto, el verdadero rey Jerjes I (519 A.C. – 465 A.C.) fue ciertamente un vengativo monarca, pero no se debe obviar su gran capacidad como gobernante, estratega y conquistador, logrando someter y unificar a todas las civilizaciones que vivían bajo el dominio persa, acabando incluso con el reino de Babilonia en el 484 A.C. Arrasó con los ejércitos griegos y saqueó el Ática y Atenas, a la que abandonó dejando a cargo a sus subalternos, pero finalmente perdería la guerra gracias a la inteligente estrategia de Temístocles de hacerlo atacar precipitadamente. Sin embargo, Snyder retrata a un vanidoso, colérico y metrosexual rey divino, bien interpretado por Rodrigo Santoro, pero que resulta extremadamente poco probable en apariencia física y pensamiento conquistador. Una de las licencias históricas que más le juega a favor a la película, es la decisión de Snyder de potenciar el personaje de la reina Gorgo, que, en la novela de Miller, y más aún en la vida real, tenía mucho menos protagonismo. El hecho de poner a la reina en una situación más protagónica, jugando un rol decidor en la aceptación del Senado de enviar tropas a Leónidas e incluso enredarla en una intriga amorosa con Theron, pérfido consejero de pensamiento pro-persa, sirve para tensionar más fuerzas que terminaran por definir el destino de Leónidas y los suyos en Las Termópilas. Lena Headey se alza como toda una sorpresa, al interpretar a una reina con carácter que dejará todo para ayudar a su amado rey. Además de Butler, Santoro y Headey, en el reparto encontramos a David Wenham como Dilios, quien narra la historia. Dominic West es el intrigante Theron. Andrew Tiernan como el jorobado traidor Efialtes. Vincent Regan encarnó al capitán Artemis. Y Michael Fassbender como su hijo Stelios.
En definitiva, fantástico film épico de aventuras, un espectáculo visual. El guión es sencillo, pero sin incoherencias. Es una cinta hueca y vacía, pero como tal, funciona muy bien. La historia es magnífica, tiene una visión excesiva, recargada, violenta, hortera y desacomplejadamente digital que el director encuentra el eco idóneo. Aunque muy idealizada, se trata de una excelente adaptación del cómic de Frank Miller, con una destacable belleza plástica que la alzan como una de las mejores películas épicas de este siglo, además de regalar varios momentos altamente icónicos.
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