En la costa de California se alza el pintoresco centro turístico de Antonio Bay. Mientras sus residentes se preparan para las celebraciones del centenario de la ciudad, la tripulación de un viejo barco aparece brutalmente asesinada. Al mismo tiempo, en el mar, una misteriosa niebla que oculta un mortífero secreto comienza a desplazarse inexorablemente cada noche hacia la costa. Según una leyenda local, estos extraños sucesos están aparentemente relacionados con un terrible acontecimiento sucedido hace cien años. A medida que se aproxima el día del centenario el horror se acerca a su clímax.
La primera escena es antológica, un viejo lobo de mar cuenta la leyenda de Elizabeth Dane ante la mirada atenta de un grupo de niños que rodean la hoguera, una escena bella y que revela las intenciones que el film va a seguir. Y es que la atmósfera es lo más importante de la obra, un pequeño pueblo pesquero solitario y perdido, el tratamiento del paisaje es maravilloso, realmente bello y enfatizando en esa tonalidad oscura y mística que tiene toda la obra. El pueblo por otro lado es apagado, inspira soledad y brilla bajo un manto de luces teñidas por preciosos colores. La paleta me encanta, los contrastes con esos rojos y verdes son preciosos, el filtro utilizado es muy acertado. Y la niebla es un personaje más, lleno de vida, brillante y densa, que poco a poco va acaparando lo que se interpone en su paso. Juega mucho con ese aura de misterio que el mar aguarda, desconocido e inmenso, muy temido y respetado por los marineros.
El maestro del terror John Carpenter nos tiene muy acostumbrados a un nivel muy alto, y por eso este film quizás no destaca tanto sobre otros suyos, pero la dirección es brillante y lejos de lo sofisticado y prepotente. Es una historia de terror para contar a la luz de una hoguera, como el propio film comienza. Pero quitando la dirección, el problema que le veo es el guión y el tratamiento de la historia.
Los personajes están bien trazados pero falta algo, un gancho quizás, los protagonistas no atrapan y no hay mucha química, y por otro lado, los antagonistas, esas criaturas que la niebla trae consigo, sin contar el final donde se desatan, se limitan durante toda la película mostrando el mismo modus operandi cuando atacan, falta algo más de tensión y evolución, es algo repetitivo y esto genera que vaya perdiendo fuerza, siento que solo ha sabido aprovecharlos con ese final tan bueno, donde ya se desata la locura.
A una dirección tan clásica siempre la acompaña una banda sonora acorde a ese clasicismo, una melodía minimalista y elegante, como casi siempre compuesta por el propio Carpenter, las bandas sonoras de este hombre siempre son exquisitas.
Pese a la gran dirección y a tener el sello Carpenter, podría haber aprovechado mejor la historia, y lo que más me falla quizás sea el hecho de que es una película de terror pero que se hace demasiado simpática y carente de nervio. 6'4.