Lágrimas afganas
por Miguel BlancoTras el arrasador éxito del best-seller de Khaled Hosseini, Hollywood no tardó ni un año en realizar la correspondiente adaptación cinematográfica. El encargado de realizarlo fue una figura un poco extraña en la meca del cine, Marc Foster, que ha hecho todo tipo de películas, desde dramas psicológicos con un punto de experimentación visual ('Tránsito') a la fantástica reelaboración del universo Bond 'Quantum of Solace', la primera película del agente que no estaba basada en una novela de Ian Fleming.
Pese a la base de espectadores que le daba la novela original, la película comete cierto riesgo al estar protagonizada por actores desconocidos de origen pasthun, algo que no suele gustar a los directivos de Hollywood, pendientes de asegurar sus producciones con un gancho en el reparto.
Más allá de esto, la película es una sucesión de episodios dramáticos basados en la explotación de la pobreza y la miseria, por un lado, y la fuerza de los sueños y la esperanza infantil para superarlos, por otro. Es decir, una historia agradable para conseguir que el espectador salga del cine ilusionado y emocionado, escondiendo el auténtico drama de la guerra. Un film demasiado políticamente correcto y, por lo tanto, inofensivo.
A favor: Su valor defendiendo la diversidad cultural en el cine.
En contra: Que somete al espectador a una muy cuestionable manipulación emocional.