Para producir las turbulencias, el equipó instaló una plataforma hidráulica de 8 x 35 metros de ancho y largo equipada con cilindros hidráulicos. Se apoyaba sobre un lecho de 50 airbags capaces de levantar mucho peso. Mediante el inflado y desinflado de las bolsas se conseguía subir o bajar la plataforma. Gracias a los aparatos hidráulicos situados a los lados de la plataforma, se podía sacudirla y así simular la turbulencia.
Para los interiores de aviones, Bruce Alan Miller estudió diferentes modelos antes de decidirse por el Boeing 767. "Dada la imposibilidad de alquilar uno de estos dispositivos, tomamos elementos de diversas aeronaves y las reunimos y adaptamos a nuestras necesidades. Asientos, equipaje, luces, restauración… son una imagen exacta del 767".
Tanto el director Wes Craven, como el guionista Carl Ellsworth, realizan cameos como uno de los pasajeros del avión.