Crítica de SensaCine.com para La vida secreta de las palabras: Los sentimientos según Coixet

Tras 'Mi vida si mí', la mejor película hasta la fecha de Isabel Coixet, la cineasta rodó 'La vida secreta de las palabras', de nuevo con Sarah Polley como protagonista y con la ayuda de un elenco actoral encabezado por Tim Robbins y seguido por Javier Cámara, Leonor Watling y, de manera muy secundaria, Julie Chistie. Demasiado talento en general para tan poco talento tras la cámara. Si en sus anteriores películas Coixet había rozado la cursilería soslayándola a duras penas (menos en 'A los que aman', que era insoportable) en 'La vida secreta de las palabras' la cineasta abraza con militancia la misma para construir una película que va de trascendental pero resulta anodina y superficial. Coixet rueda con soltura pero su guion es ridículo. Todo parece un anuncio caro ubicado en una planta petrolífera a la que la directora intenta poetizar (porque ella va de poeta) para contarnos una historia que no funciona a pesar del esfuerzo de los actores. Coixet no ha aprendido que para dar fuerza y dramatismo al silencio hay que hacer algo más que rodar habitaciones vacías y personajes callados mirando con cara de trascendencia. No es una película creíble.

A favor: Los actores, que hacen lo que pueden.

En contra: La pretenciosidad de Coixet, y lo irritante que es su película.