Capra juega a la lotería
por Diana AlbizuDespués de 'Luna de miel para tres' (1992), el director Andrew Bergman y el actor Nicolas Cage decidieron colaborar juntos en una nueva comedia romántica. Aunque el guión (basado en una anécdota real) de Jane Anderson es bastante blandito (cuenta la historia de un policía de Nueva York que, al no tener para dejar propina, promete a una camarera compartir un billete de lotería que termina siendo premiado) y, desde luego, mucho más previsible que los resultados de una quiniela, digamos que el mayor inconveniente del film es que Cage se mantiene un registro actoral muy comedido que, en vez de respetable, le hace resultar aburrido.
El campo reservado a los excesos y la sobreactuación cae en este caso sobre Rosie Perez, que interpreta a la estereotipada, chillona y autoritaria esposa de Cage, tan insoportable como puedan indicar los cánones maniqueos de lo que no deja de ser un cuento de hadas moderno. Porque al otro lado está la angelical y afortunada camarera, claro, interpretada por Bridget Fonda con una naturalidad pasmosa. Aunque el film atraviesa caídas de interés, como cuando Cage y Fonda se ponen a jugar a Robin Hood con el dinero del premio, el giro no exento de sátira sobre la cultura jurídica norteamericana al que llega en el último acto hace que el inevitable final sentimentaloide de aliento capriano se sobrelleve mejor.
A favor: La forma que tiene Bergman de retratar a Fonda en su apartamento, planos secuencias de bella rutina beneficiados por la fotografía naturalista de Caleb Deschanel.
En contra: La estereotipada caracterización de los personajes.