Contribuir con un verso
por Covadonga G. LaheraSi en Get Rich or Die Tryin' el dublinés Jim Sheridan dirigía a 50 Cent en un maquillado biopic, que cargaba las tintas desde un enfoque dramático-heroico y para mayor gloria del rapero gánster –que, por otro lado, demostraba muy pocas dotes interpretativas-, aquel mismo año el norteamericano Craig Brewer dirigía a Terrence Howard en Hustle and Flow. Howard interpreta a Djay, un proxeneta frustrado de Memphis que muy poco a poco, y desde cero, empieza a labrarse una carrera como cantante de hip hop. El filme de Brewer se centra en ese esforzado ascenso y en el peso que irán cobrando en tal proceso tres de las mujeres que "tiene a su cargo", así como un antiguo colega, que tiene contactos en el coro de la iglesia.
Producida, entre otros, por MTV Films, esta trama que nos resulta muy poco original en cuanto a argumento y traslación en imágenes se sostiene fundamentalmente en las interpretaciones de sus actores y en la banda sonora que va puntuando los episodios dramáticos. Por supuesto, no quedarán al margen algunos momentos videocliperos, ni las recargadas lecciones que se dan unos personajes a otros ("La espada es solo poderosa con su maestro"). El trato machista que inflige Djay es poco cuestionado, como si se diera por hecho que es la norma en contextos así. Con todo y con esto, la cárcel no será un impedimento para hacer llegar una maqueta en "cassette" a la radiofórmula, como si la redención siempre estuviera esperanzo en el desenlace, independientemente de todo lo demás. Tras películas así uno piensa en hacerse cantante mañana por la mañana.
A favor: Los inicios de Djay con un pequeño teclado que parece de juguete y la composición del "Whoop that Trick". Logra construir un buen ritmo narrativo y entretener.
En contra: La simplificación de algunas cuestiones. La poco originalidad en la construcción dramática que nos acerca además un relato poco novedoso.