Metalenguaje mainstream
por Diana AlbizuEl quinto largometraje del germano-suizo Marc Forster pudo ser visto con cierta sospecha por llevar su propuesta metalingüística al menú de prestigio de Hollywood un par de años después de que los alambicados y prestigiosos guiones de Charlie Kaufman hubieran acercado la fórmula peligrosamente al cliché. Así, la aventura unamuniana de Harold Crick (interpretado por Will Ferrell en una suerte de búsqueda de su propio 'Punch-drunk Love') tras descubrir que su existencia es la de un personaje de ficción en la última obra de la escritora Karen Eiffel (portentosa Emma Thompson) se sigue con agrado, pero sin poder evitar fruncir el ceño en los momentos en los que Forster (más que el guión de Zach Helm) intenta pasarse demasiado de listo.
Al final, la deriva del juego de ficción dentro de una ficción de la película es lo que menos importa (o debería importar), para dejar espacio de respiración a momentos mucho más sutiles e intensos, como los distintos encuentros entre Harold y la panadera Ana Pascal (radiante Maggie Gyllenhaal), a la que empieza auditando y de la que termina por enamorarse. Mención aparte merece el profesor de teoría literaria (y socorrista suplente en la piscina) interpretado por Dustin Hoffman, emparentado con el detective metafísico de 'Extrañas coincidencias' (otra película maltratada con desdén a causa de sus particularidades, por cierto) y una genialidad más que sumar a la lista de grandes creaciones del actor californiano.
A favor: Todo el reparto principal hace un gran trabajo, en especial Dustin Hoffman y Maggie Gyllenhaal.
En contra: La sensación de que la dirección excesivamente barroca y egocéntrica de Forster es el gran lastre de una buena película.